diumenge, 15 d’agost del 2010

El hilo de seda, Aliocha Coll

Del natural, llapis sépia/cartró.

Aliocha Coll en el seu llibre El hilo de seda, que tot i ser una novel·la no deixa de ser un assaig sobre el món de l’art, posa en boca dels seus protagonistes, quatre amics, i durant vuit vetllades diferents, reflexions, marcadament oníriques, sobre el dibuix, pintura, música, poesia, teatre, escultura i arquitectura. Entre els apunts que tinc he triat aquests dos.
"Como la escultura ningún arte es capaz de animar un objeto, su opacidad, y esos límites que son los suyos son también los de las otras artes por reciprocidad. ¿Quién, si no el escultor, puede hacer que una piedra tenga más vida que un mortal, que el pensamiento se aloje en el trozo de madera y que el bloque mineral sea un sujeto? El surtimiento de la interioridad expresiva de los cuerpos, ésa es la virtud de la escultura. Si animar lo inanimado es creación, entonces como el escultor ningún artista se acompaña y da tanta compañía con sus obras".
"En la obra de arte, la expresión tiene prelación sobre la comunicación, en el sentido de que no es ésta el criterio que permite juzgar la calidad artística de la obra aparecida, antes bien, la obra comunica por añadidura si el artista ha conseguido dar forma a la síntesis metáfisica, y sólo entonces... Esto explica el frecuente conflicto entre moda y arte y el hecho de que tantas obras de arte comuniquen a partir de generaciones futuras".

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